Por Jaime Veas Oyarzo
El cielo, salpicado de estrellas, el mismo cielo que inspiró poemas y religiones, miedos y revoluciones. El cielo donde nace y muere el Sol, donde la Luna cambia de aspecto y donde las estrellas se desplazan por el espacio lentamente...sin embargo , el embeleso por la bóveda celeste vive en nosotros y en el fondo todos sentimos la necesidad de mirar hacia arriba y comprender algo del cosmos que no rodea.
La comprobación que los planetas "erran" entre las estrellas, constituye una de las observaciones astronómicas más antiguas. Podemos distinguirlos del resto - de las estrellas- por tener un brillo más intenso (magnitud) y por su desplazamiento, desde lo habíamos observado la noche anterior... de allí lo de "errante".
Si proyectamos sobre el plano del sistema solar, la dirección del Sol y de los planetas - observados desde la Tierra- coinciden...se dice que el planeta está en conjunción...la Tierra, el Sol y , en este caso: Marte y Júpiter estarán uno cerca del otro (solo en apariencia).
Aclarando términos planetarios
Conjunción: acercamiento, más de lo habitual. Desfile o Caravana, es ubicarse en fila, uno detrás del otro, en la misma área del cielo...visto desde la Tierra. Oposición, es el máximo de proximidad de un planeta a la órbita de la Tierra.
Desde mediados de este mes, veremos a Júpiter - el mayor planeta del sistema solar - con un brillo muy intenso, visible a simple vista... y para no confundirnos con otro planeta que presenta un intensidad similar que es el planeta Venus, este último sale cerca del véspero o la aurora, puesta o salida del Sol, por eso se lo llama "el lucero de la tarde", o sea esta cerca del Sol....Júpiter no.... y Marte, con una leve tonalidad rojiza, brillará en poco más tenue.
Disfrutemos de este magnífico espectáculo que nos depara cada tanto el Universo.