Por Jaime Veas Oyarzo
Enrique Banchs : el esplendor de lo lírico
Miércoles, 8 de febrero de 2023
Corría el año 1888, más preciso, un 8 de febrero, venía al mundo en la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Banchs, en su infancia y adolescencia tuvo una temprana curiosidad por la literatura universal y algunas disciplinas como Botánica y Astronomía.

Por Jaime Veas Oyarzo

Corría el año 1888, más preciso, un 8 de febrero, venía al mundo en la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Banchs, en su infancia y adolescencia tuvo una temprana curiosidad por la literatura universal y algunas disciplinas como Botánica y Astronomía.

Considerado el mayor poeta lírico del país...sólo publicó cuatro libros, en la primera década del siglo pasado...luego se aisló y se mantuvo inédito hasta su deceso, más tarde fue rescatado por los jóvenes poetas de la década del ´60.

A los 20 años escribía: " La firme juventud del verso mío/ como hoy te habla, te hablará mañana..." su voz venía a remozar la poesía, el idioma esencial, su vertiente poética provenía de : su propia experiencia vital y la reminiscencia de sus lecturas.

Se lo llegó a comparar con Petrarca - uno de los grandes poetas del Renacimiento, que inauguró la sensibilidad moderna y pilar fundamental de la literatura italiana - por la depurada forma de sus sonetos y la exaltación del amor.

Los cuatro únicos libros, fueron producidos entre los 19 y 23 años de edad: "Las Barcas" (1907), "El libro de los Elogios" (1908), "El Cascabel del Halcón" (1909) y " Las Urnas" (1911), este último es el más celebrado, del cual ha dicho Borges : "Libro impar, uno de los más admirables de nuestro idioma", en el último libro de Borges "Los Conjurados" (1985) , le dedicó éstas líneas:

" Cumplida su labor, fue oscuramente

un hombre que se pierde entre la gente;

Nos ha dejado cosas inmortales"..

Para recordar a Banchs en esta oportunidad, del libro Las Urnas, dejamos este texto, extraído de la Antología 50 poetas argentinos esenciales (los máximos creadores).


LA FIRME JUVENTUD


La firme juventud del verso mío,

como hoy te habla, te hablará mañana.


Pasa la bella edad, pero confío

a la estrofa tu bella edad lejana.


Y cuando la vejez tranquila y fría

de color virginal te haga una aureola,

no sabrá tu vejez mi estrofa sola,

y te hablará cual puede hablarte un día.


Y cuando pierdas la belleza, aquella

adolescente, el verso en que te llamo,

te seguirá diciendo que eres bella.


Cuando seas cenizas, amada mía,

mi verso todavía, todavía

te dirá que te amo.