Este suceso sin precedentes puede tener consecuencias globales en el clima y el nivel del mar, así como acortar los días en unas fracciones de segundo.
El hallazgo fue posible tras analizar casi 200 terremotos en un remoto archipiélago cercano al polo Sur. Allí, los científicos descubrieron un patrón en las ondas que "sugiere que la rotación del núcleo interno se ha detenido recientemente".